El colorete es uno de los grandes aliados del maquillaje, entre otras cosas, por su maravillosa capacidad para devolver al rostro frescura, vitalidad y un efecto buena cara al instante. Un buen toque de color bien aplicado nos da vitalidad, nos ilumina la cara y nos hace parecer descansadas incluso si hemos dormido regular.
Pero, ojo, porque no vale con aplicarlo de cualquier manera. A partir de los 40, la forma en que aplicamos el colorete es clave. Si lo hacemos bien, conseguiremos un efecto lifting que realzará nuestros rasgos y nos dará una apariencia más joven. Pero si lo aplicamos mal, podemos acabar acentuando justo aquello que queremos disimular.
Este año, las tendencias siguen apostando por una piel luminosa y natural, sin excesos ni polvos que resequen. Lo que más se lleva es el “blush fundido”, la técnica en la que el colorete se integra con la piel como si el rubor viniera de dentro. Para eso, los coloretes en crema o líquidos son los mejores, porque dejan un acabado jugoso y favorecen un montón.
Así pues, en este post, contaremos cómo aplicar el colorete de forma estratégica para levantar las facciones, suavizar las arrugas y lograr el tan ansiado efecto lifting de manera natural. ¿Preparados? ¡Vamos allá!

Cómo afectan las arrugas a la aplicación del colorete
En un rostro con arrugas y pérdida de firmeza, el colorete puede comportarse como nuestro mejor amigo… o nuestro peor enemigo, según lo usemos. Mientras un mal uso de este puede hacer que las líneas de expresión y arrugas se noten más, si lo aplicamos con la técnica adecuada, conseguiremos un efecto rejuvenecedor y elevar los rasgos. Lo importante es entender cómo los colores y las técnicas de aplicación pueden marcar la diferencia en el resultado final.
Lo primero que debemos tener en cuenta son las texturas del colorete. Por ejemplo, hay que evitar los coloretes en polvo muy secos porque se acumulan en los pliegues de la piel y marcan las arrugas en vez de suavizarlas, especialmente si son pieles maduras secas. Tampoco nos convienen las fórmulas con shimmer o demasiado brillo, porque acaban resaltando justo lo que queremos disimular. Y, por último, la forma en que aplicamos el colorete también juega un papel crucial: aplicar el colorete de la manera tradicional (en las mejillas) puede a veces crear un efecto “caído” o acentuar las líneas del rostro. Sin embargo, si lo aplicamos en las zonas adecuadas, podemos conseguir un efecto lifting que eleve nuestros rasgos de forma instantánea.

Ahora bien, ¿Cómo lo logramos?
Es fundamental aplicar el colorete en los puntos adecuados del rostro:
✅ Zona alta de las mejillas: En vez de aplicar el colorete en la parte baja de la mejilla (como se hacía siempre), lo colocamos en la zona alta y lo difuminamos hacia las sienes. Esto crea un efecto de elevación en los pómulos inmediato.
✅ Difuminado ascendente: Debemos cambiar el realizar movimientos circulares en la parte baja del rostro, por trabajar el colorete en diagonal hacia arriba. Así conseguimos un efecto más esculpido y levantado.
✅ Toque ligero en las sienes: Aplicar un poco de colorete en la parte superior de las sienes ayuda a unificar el look y aporta mayor armonía al maquillaje. Es un truco sencillo, pero hace toda la diferencia.
✅ Cuidado con el centro del rostro: Ahora está de moda ponerse rubor en la nariz y en el centro de la cara, en pieles con arrugas esto puede jugar en nuestra contra, ya que puede acentuar las líneas de expresión. Consejo: Si nos gusta este efecto, mejor hacerlo con muchísima moderación.
Tonos de colorete que favorecen a las pieles con arrugas
Si queremos que el colorete nos ayude a vernos con mejor cara, lo primero es elegir bien el tono. Porque, sí, las tendencias están muy bien, pero lo importante es saber lo que nos favorece a cada una. No es lo mismo una piel clara que una bronceada, y ahí es donde hay que acertar.
A las pieles claras le van de maravilla los tonos rosados suaves, melocotón o albaricoque. Son frescos, sutiles y dan ese toque de ‘buena cara’ sin marcar las arrugas. Si vuestra piel es más de tonos medios, los corales, los rosas cálidos y los terracota son perfectos porque iluminan sin endurecer los rasgos. Y, finalmente, para las pieles oscuras, nada como los ciruela, bronce y fucsia, en versión satinada o mate, para realzar la piel sin perder naturalidad.
Lo ideal es buscar tonos que se parezcan al rubor natural de nuestra piel, como cuando subimos escaleras rápido o nos da un poco el sol. Pero ojo, porque hay colores que pueden echarnos años encima. Los marrones oscuros y bronces pueden endurecer nuestras facciones y dejarnos con un aspecto más apagado. Los rosas fríos y fucsias muy intensos, en pieles maduras, pueden resultar poco naturales y marcar la falta de volumen. Y los naranjas neón o los rojizos demasiado potentes... mejor con moderación, porque pueden acentuar líneas de expresión si no los difuminamos bien.
La clave está en tonos naturales, bien difuminados y con un acabado que parezca nuestro propio rubor. Al final, de eso va el maquillaje: de realzar lo mejor de cada una, no de taparnos. Así que a jugar con los colores hasta encontrar el que más nos favorezca. Y si dudáis, ¡siempre se puede probar con la luz del día antes de decidirse!
Cómo aplicar el colorete para lograr el efecto lifting natural
A continuación, vamos a daros unos tips que os ayudará a aplicaros el colorete de la forma correcta:
1. Preparar la piel antes.
Lo primero es tener la piel bien hidratada. Esto es clave para que el maquillaje se asiente bonito y no marque líneas. Basta con aplicarnos nuestra crema facial habitual y complementarlo con un primer iluminador para darle ese toque jugoso a la piel. Luego, una base ligera con acabado natural, que no sea muy mate para que no se vea acartonado.
2. Dónde aplicarlo para un efecto lifting
Aquí está la clave: para conseguir un efecto rostro levantado no debemos aplicar nunca el colorete en el centro de las mejillas. Hay que aplicarlo en la parte alta del pómulo y difuminarlo hacia la sien.
Además, debemos tener cuidado de no aplicarlo demasiado abajo o cerca de la nariz, porque eso hace que la cara se vea más caída.
3. Difuminar, difuminar y… ¡difuminar!
Si queremos que el colorete quede natural y favorecedor, la clave es trabajarlo bien. No pueden verse parches ni líneas marcadas. 💡 Truco infalible: Si alguna vez os pasáis con el producto, no pasa nada. Se corrige con un poquito de base o con polvos translúcidos por encima, y listo.
4. ¿Con qué lo aplicamos?
Si usas coloretes en crema, lo mejor es aplicarlo con los dedos o con una esponja húmeda. Con los dedos lo calientas un poquito y lo aplicas a toquecitos. Con la esponja, lo integras mejor sin que se note el corte.
Si el colorete es en polvo, aquí la brocha es clave. Mejor una de pelo suelto y biselada, porque aplica el color de forma ligera y lo difumina sin marcar arrugas.
✨ El truco final: Cuando termines, pasa una brocha limpia por encima (o con un poco de polvo translúcido). Esto ayuda a integrar mejor el color y deja un acabado aún más natural.
5. Añadir un toque final de iluminador
Este paso es opcional. Pero si buscas un toque extra de frescura y luminosidad, Basta con que añadas un poco de iluminador en la parte alta de los pómulos. Este paso no solo te aportará el lógico resplandor natural, sino que reforzará también el efecto lifting.
Tendencias 2025
Este 2025, el rubor es el auténtico protagonista del maquillaje, Y las tendencias de este año nos traen un montón de formas nuevas de aplicarlo.
1. Draping: el rubor efecto lifting
Este truco, llamado draping, levanta ópticamente el rostro y da un aire rejuvenecedor sin necesidad de cirugía. La clave está en aplicarlo más arriba, justo en la parte alta del pómulo e ir difuminándolo hacia las sienes.
2. Boyfriend blush: rubor romántico y natural
Otra tendencia que arrasa es el boyfriend blush. Se trata de conseguir imitar un rubor sutil y juvenil en las mejillas, como si acabáramos de volver de un paseo al aire libre (o de un buen rato de risas con alguien especial 😉). Se aplica de forma difusa en la parte alta de las mejillas y un poquito en la nariz para un toque fresco y natural.
3. Rubor monocromático: todo en armonía
¿Y si te dijera que puedes usar el mismo tono de colorete en mejillas, párpados y labios? ¡Exacto! El maquillaje monocromático sigue en auge, y es una opción fácil y favorecedora. Los tonos melocotón, rosa empolvado y malva son perfectos para un look elegante y armonioso sin esfuerzo.
4. Coloretes en crema: la textura estrella
Los coloretes en crema siguen ganando terreno porque se funden mejor con la piel, no marcan las arrugas y nos dejan un resultado jugoso y natural. Son muy fáciles de aplicar, pudiendo hacerlo con los dedos, con esponjas o con brocha, como más cómodo nos resulte.
Así que ya sabéis, este 2025 el colorete no solo da color, sino que es nuestra mejor herramienta para un efecto buena cara inmediato. ¿Cuál de estas tendencias os apetece probar primero?
